Habitación en Roma – Julio Medem (2010) 109 min.
Dos amantes. Una habitación muy lejos de cualquier lugar que las ate. Esta es la premisa de la nueva obra de Julio Medem, una película de encuentros casuales y espacios íntimos. Un día cualquiera que siempre a contratiempo se nos presenta para revivir sinceramente quienes somos, qué hacemos y a donde queremos ir. Una larga noche en vela en la que no se acaba la conversación y acabas pintando un fresco del ser humano que tienes enfrente. Sin exigencias, sin mirar el carnet del otro pero curioseando juguetonamente en su pasado, analizando inconscientemente sus latidos para saber si podrían latir al compás de los tuyos. Un gran objetivo el de Medem, sí señor.
La película, sin embargo, falla. Las dos actrices entran en plano y sólo tienes ojos para Helena Anaya con ese peinado a lo garçon, esa postura, descaro y ropa de hombre e incluso esas prisas masculinas por desnudar a su hembra. La frialdad acaba diluyéndose y comienza el descubrimiento mutuo. No voy a contar más.
La película no es mala, tiene sus detalles: un movimiento de cámara curioso aquí, un encuadre original allá… pero las transiciones anímicas de los personajes no son creíbles, pasando de la alegría al llanto sin apenas enterarte. Las mujeres desnudan su alma (porque el cuerpo ya lo está toda la película) y sus dudas, pero pocas veces te contagian de ellas, cayendo en mi caso en el aburrimiento. Una pena.
Me despido comentando el curioso momento en el que utilizan internet para demostrarse entre ellas qué es cierto de lo que se han dicho, ¿no era en la red donde más mentimos? Me pregunto qué diría House ante esa pregunta...
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