Una de las cosas que nunca tuve demasiado claras antes de
empezar a leer sobre seducción es cómo
avanzar desde que crees que le gustas a una chica hasta que consigues el primer beso.
Una mujer estándar te dirá que eso sale “de forma natural”, que “no hay
que buscarlo”, que “si surge, surge”. Ok, dejémosla en su mundo romántico de películas
palomiteras, al fin y al cabo este tipo de mujeres en el fondo suele esperar
que sea el hombre el que lleve todo el peso de la iniciativa.
La realidad es que hay hombres que ligan más que otros y la
causa es que estos primeros saben cómo
hacer avanzar la interacción sorteando los peligros con más éxito que los
segundos. Así que pongámonos en situación: la chica está contigo, la
conversación es animada y empiezan a surgir las chispas de la química. ¿Qué
hacer, cómo comprobar que realmente la atraes y cómo conseguir avanzar sin mostrar descaradamente tu interés? Con
la kinoescalada.
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Kinoescalada:
Acción de llevar el juego a un plano físico, de forma progresiva.
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Poco a poco debes ir entrando en su burbuja personal,
empezando por las zonas de su cuerpo más públicas y progresando hacia áreas más
personales conforme veas que ella está
cómoda con ello. ¿Qué esperas que ocurra si tratas de besar al final a una chica a la que no has tocado en toda una primera cita? Probablemente rechaze ese contacto físico repentino. ¿Y si ya os habéis acariciado? Tú confiarás más en tí mismo y ella ya estará preparada para dar el paso a ese primer beso. En este blog se describe con más detalle lo que a
continuación resumo:
Mejillas : Nada más llegar. Aprovecha el saludo y dale un beso en cada mejilla.
Parte superior del brazo : Para empezar, toma contacto cuanto antes con una actitud inofensiva e inocente. Enfócalo como una estrategia para tantear el terreno.
Hombros : Cuando se esté quitando el abrigo, échale una mano y tócale al menos un hombro con firmeza, pero mantén la conversación como si nada.
Espalda : La espalda de una mujer tiene una sensibilidad sexual increíble. Comienza por un roce furtivo con la palma de la mano, y a medida que avanza la noche, puedes ir jugueteando con los dedos mientras le das caricias en semicírculo.
Por qué: Al tratarse de una zona impersonal, es el lugar idóneo que puedes tocar si aún no tienes claro qué otro tipo de caricias serán tan bien recibidas.
Antebrazo : Ya le está subiendo la temperatura, así que márcate como objetivo alcanzar la parte inferior del antebrazo que está próxima a la muñeca.
Palma de la mano : Cuando cuentes algo gracioso aprovecha que estás gesticulando al hablar para tocarle la palma de la mano como por descuido. Si te devuelve la caricia, repite de vez en cuando este movimiento y prolóngalo gradualmente cada vez que hables de algo importante o sueltes una broma.
Cintura : No la aferres contra ti como si fueras un bailaor, has de rodear su cintura con cierta firmeza, pero con suavidad. Sólo tienes que evitar el vientre, ya que a las mujeres les hace sentir incómodas que alguien les toque esa parte.
Manos : Cruzando la calle, para coger el taxi que os llevará al próximo local. Abre la puerta para ayudarle a entrar y cógela de la mano.
Rodilla : Es el momento decisivo: ahora o nunca. Acércate y roza suavemente la parte inferior de su rodilla o sube a la pantorrilla. Tanto estas zonas como las axilas están infravaloradas a pesar de que son extremadamente erógenas. Una cosa, no te lances a su axila en vuestra primera cita.
Dedos : Desliza los dedos sobre su mano hasta cubrir la palma, para posteriormente entrelazarlos con los suyos muy lentamente. Este gesto imita cómo vuestros cuerpos podrían conectar durante el coito. Es un gesto de protección e intimidad que permite que te acabe invitando a su casa a tomar la última…
Si vas avanzando poco a poco, comprobando que ella avanza contigo estarás creando una complicidad acelerada entre tú y ella. En muchas ocasiones ella no se dará cuenta de qué pasa, sólo pensará que se lo está pasando bien, que eres un tipo genial y que está muy a gusto contigo por lo que podrás seguir avanzando a las siguientes fases.
El problema es que esto no
siempre sucede así. Muchos hombres no se dan cuenta de lo importantísimo
que es el feedback que te da ella. No
debes seguir avanzando si ella no te da “permiso”.
Por ejemplo, recuerdo un
amigo que tenía la costumbre de coger a las chicas en discotecas de
baile donde la música está muy alta directamente a la cintura y desde detrás. Es decir, la chica estaba
tan normal bailando y de repente un maromo que le saca 2 cabezas y al que no le
ha visto la cara en su vida va y la engancha por detrás. Mal. Seguramente
alguna vez le funcionó y por eso insistía tanto en hacerlo así pero lo normal
es que sólo consigas asustarla.
Las mayoría de los desesperados
que sale a “pillar lo que caiga” enseguida
están cogiendo a las desconocidas y esto provoca que sean considerados
repulsivos. ¡El Kino hay que hacerlo poco a poco! Los hombres somos en general
muy brutos pero a las mujeres hay que tratarlas como a un instrumento musical,
con delicadeza, con fina sutilidad. En esto yo aún tengo que mejorar bastante. Después, cuando ya esté en tu redil, preocúpate
de saber como le gusta ser tratada porque quizás le gusta más la marcha, pero
para que ella se atreva a transmitírtelo debe haber un marco de confianza.
Ayer estábamos un grupo de amigos sentados en una terraza y
uno de ellos, bastante pasado de alcohol, hizo cambiarse de silla a 2 personas
para acabar sentado al lado de una chica. Entonces comenzó la kinoescalada,
tocándole cada vez más. No había pasado
ni media hora y ya le cogía la cara y se comportaba de una forma que
incomodaba a ella y a todos los demás. Finalmente incluso le cogió su
cigarrillo y lo tiró para que no fumara.
Cuando más tarde hablamos con él se justificó diciendo que ella le había cogido de la mano, como
un logro, un IDI que llaman. Es cierto que a veces ser muy agresivo con la Kino
funciona. Que si esa chica se sintiera fuertemente atraída por los hombres
dominantes quizás hubiera funcionado. Pero no lo hizo. Puso mala cara y
finalmente se fue.
No es necesario llegar a estos extremos. Bien utilizada con
la kinoescalada podemos averiguar si hay
interés por su parte sin necesidad de verbalizarlo.
Procuremos que no nos llamen “sobones”. Pero tampoco dejemos de actuar por miedo a ello. Como tantas veces, en el
punto medio está la virtud.
Muy buena entrada: Útil, concisa y bien redactada.
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