Recuerdo cuando, hace un tiempo, leía un artículo en el que se
decía que el primer paso que tenemos que dar los hombres en el terreno de la
seducción es "asumir la dominancia". Es decir, que para conseguir
determinadas cosas tienes que tener claro que tú eres el que lleva las riendas,
que no debes esperar de los demás demasiado y que si esa ayuda sí viene, pues
bienvenida sea. Pero no quiero escribir este artículo sobre ligar, lo comento de pasada porque este punto, "asumir dominancia" es algo que a veces
nos cuesta mucho “asumir”.
Primero porque eso significa que vamos a ser los
responsables en algo, es decir, la culpa será nuestra y las críticas nos lloverán a nosotros. Segundo porque liderar algo significa ser proactivo,
tomar iniciativas en ese campo para que no se degrade y eso es algo que genera dudas y roba muchas energías. Así que hay que asumir dominancia pero también hay que escoger muy bien en qué campos de la vida porque no se puede ser líder en todo o acabarás agotado.
El último año he conocido varios casos curiosos relacionados
con unos uno de los pilares que definen lo que, para mí, es convertirse en
auténtico adulto: llevar tu propia casa. Por un lado un amigo veninteañero que defiende que "para qué independizarse con lo bien que está con sus padres". Por otra parte una madre separada que reservó las 2 mejores habitaciones
para sus hijos dejándose a sí misma un cuchitril. Por último una mujer casi treintañera que, pagando ya ella su propia casa, ha metido a sus padres en ella por no saber llevar la soledad y se ha quedado la habitación que habría tenido si siguiera siendo una niña.
Meter a tus padres en tu casa apenas has "volado" o negarte a lanzarte tú
solito a la aventura de vivir es quitarte la oportunidad o yo diría más bien
obligación de poder verlos con la distancia necesaria para observarlos y
juzgarlos con los ojos frescos. Si todo fue bien en tu infancia y juventud hará que los veas con mucho más cariño y una visión
madura, visión difícilmente realizable con los roces de la convivencia diaria. Volar del nido y alejarte de tus padres hace que te entre el vértigo de tener que mantenerte tu solito pero ganas la satisfacción de tener tu propio espacio, tu pequeño terrenito donde eres el que manda. Cualquiera que tenga madre sabe que nunca acabará de asumir la edad que tienes.
Cuando acabas de sacarte el carnet y empiezas a conducir la gente que te acompaña insiste en decirte cómo tienes que hacerlo y eso en muchos casos es peor porque no estás tomando tú las decisiones pero eres tú el que lleva el volante. Así que en realidad te crean más inseguridad y aumentan las posibilidades de tener un accidente. Es en esos momentos en los que tienes que pensar que si tu eres el líder eres tú el que decide y los demás sólo te dan pequeños consejos. Y que incluso si no quieres ni oírlos estás en tu pleno derecho.
Hace poco en el trabajo me tocó tomar unas decisiones porque el jefe que las suele tomar no estaba disponible. El cliente no dejaba de marear sin saber muy bien lo que quería y a mí me volvía loco porque hacer lo que él me pedía no era suficiente. Con el tiempo acabó criticando algunas decisiones que en realidad tomó él y que yo sólo ejecuté. Comentándolo con mi jefe me dijo que él había tomado la decisión de hacer sólo lo que él se creyera y pudiera defender porque al final el que iba a recibir las críticas, el líder, iba a ser él.
Así que si vas ser el blanco de las críticas, si vas arrastrar gente detrás, si vas a tomar el papel más laborioso o difícil rodéate de las máximas comodidades. La mejor habitación para ti. El sitio de copiloto de tu propio coche para tu pareja, por mucho que lleves a tus padres detrás y les tengas el máximo respeto el coche es tuyo y ahora les estás llevando tú.
Ser servicial es bueno pero si eres el que manda y lleva la carga más pesada te mereces lo mejor. No confundas modestia y amabilidad con tener que ser siempre el último en todo.
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