Quiero que leas este texto que encontré hace unos años en una página de contactos:
"Básicamente
quiero que me haga sentir que no estoy desaprovechando mi vida, porque es muy
corta. Quiero que me abra las piernas y no el cielo, pero que lo haga cada
noche. No quiero que sepa mentirme, pero si lo hace que no me importen porque
se deja su alma cuando está conmigo. Quiero que sea generoso porque puede, no
por obligacion. Quiero que tenga sangre en las venas, y que me grite lo puta que soy cuando le abandono. Quiero un poco de
ética; que le de igual lo que haga cuando no estoy con él, porque sabe que no
voy a encontrar a nadie mejor. Quiero que me tiemblen las rodillas cuando me
agarra la nuca, que me rompa los botones y que no se agache a recogerlos.
Quiero, quiero, quiero..."
¿Qué hay en este texto? Exacto: emoción. Vivimos en una sociedad egoísta y competitiva en la que la gente oculta sus emociones todo lo que puede, tratando de mostrar una apariencia dura e insensible para no recibir más golpes de los necesarios, como si estuvieramos en un interminable momento de negociación.
Es aquí donde está tu oportunidad para diferenciarte. Ante una sociedad que uniforma a todo el mundo convirtiéndonos a todos un poco en autómatas inexpresivos, sacando los mismos temas con la misma gente, aparentando la perfección y proyentándola en nuestros perfiles sociales, tú puedes ser esa persona real, sencilla, que cuenta lo bueno y alguna vez lo malo (y si es con unas gotitas de humor, mejor).
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No te conviertas en un autómata |
Las personas que son persuasivas y atractivas muestran sus emociones. Te hacen sentir cosas y eso puede llegar incluso a crear adicción. Piensa en un aburrido profesor de geología contándote un rollo y luego en ese amigo o conocido que cuenta las historias como si las estuviera viviendo en ese momento. Fíjate en los detalles: ese brillo en los ojos, esos gestos que no paran, ese niño que sale de dentro porque nunca murió.
Pues bien, yo te digo que hay que ser como ese amigo siempre que puedas. Incluso en el trabajo, un compañero que "vibra" es mucho más deseable y tomado a priori como sincero que uno que se comporta con mucho tiento de forma maquinal.
Y la mejor forma de transmitir emociones es vivir la vida al día y con intensidad. El problema es que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Recuerdo una época en mi vida en la que trabajaba un horario infinito, en un proyecto desmotivador en el que estábamos poco valorados. Desde fuera era un trabajo idílico desde el patrón clásico de lo que te recomendarían tus padres: ir de traje todos los días para una empresa muy grande es o era uno de los paradigmas del éxito en la vida. Sin embargo, yo dejé de escuchar música. Dejé de estar conectado con mis emociones de lunes a viernes, quedándome los sucios residuos emocionales de vivir una vida laboral de continuo estrés en la que nos mentían continuamente, la confianza era nula y la rotación de 2 personas al mes.
También te puede ocurrir con la pareja. Saliste hace unos años con ese chico que te volvía loca, emocionante y con alguna pelea de más y has acabado con un chico de esos que no te da problemas. Le tienes cariño, puedes confiar en él, es o será el mejor padre de tus hijos. Pero no es como el otro, el otro te daba otra cosa.
Puedes elegir la pastilla azul de la seguridad o la roja de la vida intensa que te sacará las emociones de dentro mucho más a menudo. Sufrirás. Es tu dicisión pero yo te diría, que, en lo posible, no dejes que te pase. No te metas tan hondo en el pozo. No dejes de preguntarte qué deseas de la vida y qué te hace feliz.
Vibra.
La emoción más importante y real es ser tu mismo en todo momento....SER AUTENTICO Y ÚNICO.
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