Hablando de pelos... |
Ayer me vi metido en una reunión social en el que no conocía
prácticamente a nadie. No es que me arrugue ante estas situaciones pero siempre
estás un poco tenso. El caso es que tras pedirnos unos mojitos de sandía y
fresa una de las chicas, de unos 40, empezó a hablar de un amante que había
tenido. Era una cachonda mental de las buenas y entre risas nos contó que
cuando fue “ahí abajo” se encontró con un “bigotito” encima del noble miembro.
Las coñas fueron generales y yo me reí como el que más pero en el
fondo estaba pensando, ¿no me habrá pasado lo mismo a mí?, ¿alguien habrá hecho
coña con “mi bigotito”?
¡No te dejes "el bigotito"! |
La rasuración púbica los últimos años ha pasado de un
extremo a otro. De tener una auténtica selva ahí abajo hemos pasado a no tener
nada de nada, lo cual tiene ciertos inconvenientes. Personalmente me cabrea
haber pasado la adolescencia fantaseando con “tocar pelo” y cuando al fin
he llegado resulta ¡que no hay!
No me gusta que ellas estén cual niñitas ni me gusta estar yo
más pelao que el árbitro Pierluigi Collina. Así que cuando me adecento la zona uso una
cuchilla un poco gastada, básicamente para conseguir que el vello no tenga
volumen y no sea molesto pero sin rasurarme completamente ni poner en peligro
La Joya de la Corona. Lo que ocurre es que hay una zona, la del famoso “bigotito”,
que fue la primera en la que empezó a surgir bello y que tiene una densidad mayor. Así que es posible que a más de uno le esté pasando también esto y al dejarse esa zona más poblada por ir un día con prisas, alguien
haya hecho coñas con su look íntimo, quizás también entre mojito y mojito.
Hasta los hipster saben dónde sí y donde no dejarse el pelo |
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