Hoy pondrás en aprietos a tu Sansón... |
Esta noche le dirás a tu pareja que quieres hacer algo
especial. Puedes poner esa sonrisita picarona pero no mucho más. Si tu novio te
insiste en saber detalles, dile que es algo que te ha contado una amiga, pero ojo,
no le digas cual ¡sino quieres que le coja manía!
Su espalda será como las arenas del desierto |
Llegado el momento os vais a la cama. Que se ponga un tanga
o si no tiene cómprale uno de esos de coña. Que se sienta desprotegido y un
poco ridículo. Protestará pero le estás sugiriendo sexo misteriososo y eso a un
hombre le costará rechazarlo. Tú te pondrás algo con lo que te sientas sexy y “mala”
aunque vale con que sólo sea esto último. Con el tanga y boca arriba tu hombre
verá como te acercas desde abajo como una gata felina. En su mente la cosa
pintará bien, creerá que vas a empezar con su juego favorito. Pero no. Ordénale
que se dé la vuelta. Con la visibilidad reducida al estar de espaldas, la luz tenue
de un par de velas y el hilillo del tanga como única defensa es momento de pasar al ataque. Vas a atarle suavemente y
sin asustarlo demasiado, pero vas a atarle. Previamente habrás sacado las batas de invierno
y te habrás quedado con los cinturones. Son blandos pero resistentes. Servirán.
Empieza a atarle las manos cual Sansón entre las columnas y ríe maliciosamente.
Tu sonido maquiavélico se fundirá con una música cuidadosamente seleccionada
parar dar yuyu. Ya ha caído en tu trampa. Es hora de pasar a la acción.
Es tu novio/marido y le quieres. Así que lo que vas a
hacerle es bueno para él y para su salud. Acércate a su oído y susúrrale que le
vas a aplicar la técnica de la “pinza rodada”. Mientras te pregunta nervioso “¿la
pinza qué…?”, infórmale que tienes un objeto duro, como un palo de madera para
apretarlo si le duele más de lo esperado. Y creedme, duele. Es como si te pasara una apisonadora
por encima pero luego, pasada la resaca dolorosa, se quedará más a gusto que un
rey. Su espalda estará mucho mejor. Explícale mientras empiezas que es bueno
para su salud con el mismo tono que usan las madres cuando le dicen a sus niños
que las verduras son buenas. El juego comienza. En este video que sigue te puedes hacer una
idea de la mecánica:
Empieza por la parte media de la espalda que es la que suele
estar más suelta y ve hacia arriba. Despacito. Regodéate. Se moverá. Gritará. Habrán risas
garantizadas. Os lo vais a pasar genial, sobretodo tú. No incidas con la parte
inferior de la espalada ya que suele estar muy apelmazada y a estas alturas ya
habrá tenido suficiente.
Para acabar y si ha sido un chico bueno, hazle lo que
más le guste. Ponle yogur de fresa. Lo que sea. Esta noche no la olvidará
fácilmente.
¡Muñequito de regalo para quien deje un comentario! |
Esto me suena! Cuánto tiempo!!! Jajajaja! Muñequito para mi!
ResponderEliminarSi!! Ya está de camino! =))
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