Nuevos bares, nuevas mujeres, nuevos momentos |
No puedo. No
puedooooooooooooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. Hay algo que me diferencia
de la mayoría de hombres que conozco. Necesito conectar con una mujer para querer
acostarme con ella. Y me jode. Me da la sensación de ser el equivalente al “si
no es para algo serio no quiero” de vosotras. Cárceles mentales que nos ponemos
a nosotros mismos que hacen que nos perdamos buenos momentos de la vida.
Anoche salí por una nueva zona con dos mujeres, una de ellas
la nueva novia de un amigo. Todo muy novedoso, sí. La noche anterior habíamos
compartido una cena y ya había empezado a ver la clase de “lianta” que es: una
especie de alcahueta casamentera que no se corta un pelo en decirle todo lo que
quería oir a su amiga a través de whatsapp. Lo que pasa es que le estaba
hablando de mi, yo lo estaba leyendo y era todo mentira. Y cuando, entre risas,
se lo decía ella me respondía con ese ademán de “ya sabes… miéntele un poco,
tíratela… y luego ya le dices la verdad”. La verdad es que aún no tengo
superado cuando las mujeres me recomiendan mentir a otras mujeres para que me
quieran llevar a su cama. Se me queda cara de lelo.
El problema de mentir a manos llenas es que llegado el
momento de conocerse la cosa se tuerza. Porque
No puedoooooorrr |
Pero no cuajó. No
es que me cayera mal. El plan “divorciada con dos hijos con casa propia pero
ellos lejos y último novio aún no
superado” es un buen plan para mi. Por favor chicas guapas, hacedme vuestro
esclavo sexual para olvidar vuestro amargo pasado. El caso es que la noche
avanzaba y yo no sentía ningún tipo de conexión, ninguna cosa en común con esta
damisela. Y la simpatía del principio empezó a tornarse osquedad. No sé si fue
porque yo estaba más atento al resto de chicas de la sala porque no sé qué clase
de patrañas le había contado ella de mi (era una amiga diferente a la del
whatsapp de la noche anterior). A lo mejor ella no sabía nada de que mi amiga
estaba intentando liarnos. No sé. El caso es que en un determinado momento nos
salimos a fumar (-1 punto para mi futuro lio) y mi amiga me preguntó si no la
veía atractiva. Y yo dije que sí, que era verdad. El problema es que para mi no
basta con eso. La cosa fue a peor porque su amiga ya no volvió a mirarme a la
cara y mi amiga empezó a hacerme bromitas e intentar tomarme el pelo y cuando
vio que no dejaba que se me subiera a la chepa se puso también seria recurriendo
al “voy a decírselo a mi novio” como quien invoca al primo de Zumosol. Nada
serio porque enseguida volvió a cambiar
de actitud como quien cambia de camisa e intentó repetirme la broma. Yo
recordé el principio político de no perder la compostura incluso en los malos
momentos, esperé unos cuántos minutos y dije que el garito estaba tan agobiante
que me iba ya a casa.
A la vuelta repasé mentalmente qué había pasado. Había
tenido a tiro una mujer atractiva y con un plan fácil y la había dejado pasar
completamente, incapaz de simular interés.
No sé, quizás sea porque a lo largo de esta semana he tenido suficiente sexo
con otra amiga hasta el punto del cansancio. Quizás si llevara un tiempo a “dos velas” mi instinto me hubiera hecho
comportarme diferente. Pero eso no es excusa. Follar es como comer en algunos viajes en grupo, hay que hacerlo siempre que puedas porque no sabes cuándo va a volver a ocurrir. Pero claro, si me ponía a comparar esta situación salía perdiendo. Ayer mismo después de aquella cena conecté bastante con una chica del grupo. Se parecía a una de mis
ex, teníamos temas de conversación en común, se reía de cualquier parida que
decía, reaccionaba a bien a mi contacto físico e incluso se quedó hablando
conmigo cuando nos volvimos a casa andando y nos despedíamos con cara de cansancio. ¿He dicho que
tenía un novio de 2x2? Ains esta vida…
-"Si vas a contar que ayer conectamos sin llegar a nada por lo menos consigue que te pongan comentarios" - "Lo intentaré" |
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