Julio Verne, 1873, 282 pags
Después del viajecito a Londres de este verano tengo una cierta tendencia a “repasar” el Londres que ya conocía. Empecé con Sherlock Holmes pero es muy extenso así que he dejado que se cruce en mi camino este relato de Julio Verne que todos conocemos.
Como ya he dicho en otras ocasiones las obras universales siempre te guardan alguna sorpresa por creer que ya las conoces. En este caso ha sido negativa. Un relato como este ha de ser forzosamente divertido, lleno de aventuras… y las tiene, pero son un coñazo. No es entretenida, no me la he leído en un santiamén, es más he contado los capítulos para que Phileas Fogg y compañía regresaran a Londres.
El protagonista principal es un prejuicio en sí mismo. Julio Verne, francés, se ríe de la flema inglesa retratando los cánones más clásicos del caballero del Imperio Británico. Un hombre carente de emoción, alguien del que no te puedes imaginar siquiera que sonría. Se hace pesado la insistencia con la que el autor repite la idea de que todos los compañeros de viaje están nerviosos ante las dificultades, mientras nuestro hombre duerme a pierna suelta.
No soy para nada dado a saltarme párrafos, pero las descripciones de las praderas de Norteamérica son infumables. El personaje de la mujer que ama a Fogg es muy plano. Los únicos que salen bien retratados son Passpartout y Fix. Ellos tienen dudas, secretos, se mueven con soltura y son imperfectos.
Soy de la generación que vió a Willy Fogg convertido en león recorriendo un mundo de dibujos animados… así que cada vez que cogía el libro saltaba la melodía en mi cabeza. Entrañable.
Por cierto, toda la maldita novela esperando el viajecito en globo… y nunca llega.
No vale la pena.
Jajaja, vaya disección!!! Pienso que hay novelas universales y novelas de época y, sin duda, esta debe ser de época. Digo debe porque yo no me la he leído, ni creo que me la lea. No cambiaré a Rigodón y a Tico por Passpartout y Fix. Pero me parece algo dura tu crítica. Es como si vieras una película de ciencia ficción rodada en los años 70 ó antes y te pusieras a analizar los efectos especiales desde la perspectiva del 2010.
ResponderEliminarHola Anónimo! Hace no mucho leí una novela que tú dices "de época", una del Marqués de Sade. Y decía lo que tú, que era otra mentalidad y que no había envejecido bien, sin embargo la recomendaba por otras tantas razones.
ResponderEliminarSin embargo esta no está bien hecha, no merece la pena repasarla habiendo tanto que leer. Aún recuerdo cuando leí los 3 mosqueteros ya de universitario, creo que nunca me he divertido tanto con un libro (en su sentido mas literal) y eso que es aún más antigua.
Gracias por tu opinión!
Perdona Carlos, cuando escribí el comentario no tenía tiempo para registrarme...Iba a poner mi nombre la final pero se me olvidó. Ahora ya me registro.
ResponderEliminarSeguiré tu consejo y no me lo leeré. ;).
Por cierto, ¿has leído Madame Bobary? Yo la leí hace un par de años y, a pesar de reflejar las costumbres de la época en la que fue escrita, tiene totalmente el formato con el que están escritas las novelas de ahora. No en vano está considerada como la madre de la novela actual.
Hola Carmen, por lo que dices y leo por ahí la novela es bastante interesante, a ver si consigo "agenciármela" por algún lado y me la leo. 1 besazo!
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